Un Segundo intento. No tardo mucho en llegar al hotel, durante todo el camino me debatí en qué decirle, en sí, es correcto hacerlo. Aún hay muchas cosas que no sé, pero si hay una de la que estoy segura y es que debo tomar una decisión por mí, basta de pensar en cómo se verá el resto por si decido una u otra cosa. Me cansé de querer complacer a todos, menos a mí. Entro al elevador e introduzco el código que Martina me facilitó antes de que las puertas se cierren. No he subido a ese piso desde mi solitaria noche de bodas y me doy cuenta de que ha pasado mucha agua bajo el puente, que esa noche que vine aquí estaba enojada, y frustrada por el hecho de estar casada con semejante animal. —Esto era una locura —susurro al tiempo que las puertas del elevador se abren. Salgo del mismo y las pue