No somos tan diferentes. La mañana siguiente, cuando despierto lo hago sola, el lado de la cama donde durmió Tore está frío, lo que me dice que se fue hace un tiempo. Es extraño y al mismo tiempo reconfortante. Una estúpida sonrisa se filtra en mis labios al recordar lo de anoche. «Dios, no puedo tener sentimientos por él». Al ver la hora, decido alistarme rápido e ir al hospital a ver a mi padre. Luego de una ducha rápida me preparo para el día. Me maquillo, hago mi cabello y me decido por unos vaqueros, un top, una americana y finalizo con unas sandalias altas. Cuando bajo no encuentro a Salvatore. Lo más probable es que esté ejercitándose o ya se haya ido a la oficina. También busco a Ashley, pero no la veo. A la que sí veo es a Evelina que aparece desde el salón y me mira con curi