Jodidos sentimientos. Entro a la sala de emergencia donde encuentro a mi madre junto a Lorenzo, ambos me miran antes de desviar la mirada hacia Salvatore que me sigue a pasos lentos. No le pedí que me trajera, pero necesitaba llegar a tiempo; así que, por eso, deje que me trajera, lo que no esperaba es que bajara y me siguiera. —¿Cómo está? —Inquiero llegando hasta Lorenzo, pero no me mira; en cambio, pasa junto a mí y se detiene frente a Tore. —¿Qué haces aquí? Acaso vienes a regodearte que un Rossetti ha caído —No sé de qué hablas. —Simple, no confío en ti, me parece falso, mezquino y que ocultas algo. —Lorenzo—, susurro, pero niega. —No, este tipo puede ser tu marido, pero no ha hecho nada para que le dé el beneficio de la duda—. Clava sus ojos en Salvatore, —esto es una situació