Alma podrida. Para mi desgracia, cuando tomo asiento en la mesa para la cena, me encuentro con que nuestras mesas están de frente y ahora debo sobrevivir a una cena viendo lo felices que son. Menuda mierda. La cena es amena y transcurre sin problemas; sin embargo, puedo sentir la mirada de Salvatore sobre mí en todo momento. A mi lado, Tiziano se convierte en el esposo perfecto. Ambos llevamos meses en esto y hemos creado un estilo de coreografía para movernos en estos eventos y no queda en evidencia frente a los demás. Pero también he de admitir que descubrí que el hombre tiene sentido del humor y me divierto con él, no debo fingir comodidad o alguna risa porque siempre la pasamos bien. Escucho una risa y me alegro al ver que es mi madre la que está pasando un buen momento en compañía