Le envié un mensaje a Dante para verle. Quería hacerle la pregunta. Cuando llegó al lugar donde me encontraba, sonrió. Era lindo. —Me sorprendió tu mensaje, pero me dio gusto saber de ti. —Quisiera preguntarte algo. Su rostro se tornó tenso. —¿Pasó algo? Te ves muy seria. —¿Recuerdas el día de tu cumpleaños? Esa vez que fuimos a la casa de la playa. Asiente. —Si. Lo recuerdo. —¿Recuerdas estar discutiendo con tu hermana? —asiente. —Yo estaba allí, escuché todo. Entonces no sabía por qué odiabas tu cumpleaños. Ahora lo entiendo, después me fui y caminé hacia la playa, un poco más cerca con cada paso. —Hago una pausa y respiro, hay algo en mi pecho que duele. —En ese entonces, mis heridas estaban aún cicatrizando, el dolor en mi pecho no paraba, y con cada paso que daba hacia el ma