Me levanté con muchos ánimos, no podía preocuparme por cosas sin sentido, el pasado del señor Kang no debía de afectarme, él debía de arreglar sus asuntos y yo no debía meterme en ellos, me alisté para ir al trabajo, me despedí de Punki y fui a ver mi auto, no había encendido estos últimos días y no tenia dinero para repararlo o cambiarlo por uno nuevo. Traté de encenderlo y de nuevo no funcionó, era hora de resignarme y empezar a andar en autobús definitivamente, no era el fin del mundo. Llegué hasta la parada y me dirigí a Moonglax, al llegar sentí las miradas juzgadoras de mis compañeros, algo me decía que ya todos sabían que la ex de mi esposo empezaría a trabajar aquí. Supongo que sería la comidilla de todos, de nuevo, ya era hora de que también me acostumbrara a eso. —¡Ari!. Vol