—¡Cielos, apágalo apágalo!...AAAAA. FUISCH…. Un ardor se sintió en mi brazo, y de pronto todo el departamento de Sakura estaba lleno de humo, era imposible, habíamos intentado cocinar y lo único que logramos fue casi cocinarnos nosotras mismas. —¿Te duele?—Me preguntó Sakura al ver la horrible quemadura qué me hice en el brazo. Yo negué, la verdad es que si me dolía mucho, pero no era tan grave. —Estoy bien. —Debiste haberme dicho que no sabias cocinar. —Lo intenté— murmuré en voz baja. —¿Ahora que voy hacer?, mi novio llega en una hora. Yo me quedé pensando. —¿Y si pedimos algo?. —Si…creo que tendré que hacer eso. Le ayudé a Sakura a arreglar su mesa, que quedara lo más linda posible, me sentí un poco celosa, debía de ser lindo tener a una persona que hiciera cosas así por ti.