Hunter
Estamos rodeados de guardias, mi único temor es mi Luna. Su transformación aún no sucedió, o eso es lo que escuché en la conversación.
—Déjala fuera Víctor, esto es entre nosotros. — Me interpongo entre ella y los guardias.
— ¿Acaso crees que me importas?—sonríe sacudiendo su cabeza.— Siempre he estado tras ella.
— Será mejor que te expliques. No creo que te tengas que interesar por algo ajeno.
— No seas hipócrita Hunter, solo empezaste a buscarla porque la Asamblea amenaza con quitarte tu puesto. —puedo sentir como ella se tensa detrás de mi.— Solo la necesitas para seguir siendo alfa, no finjas interés.
— ¿De que mierda estas hablando? Tú al igual que esos malditos cobardes saben que he estado buscándola durante años.— mi ira está creciendo velozmente.
— ¿Años? Diría que hace apenas tres días haz empezado. —Mi mirada se centra en él y me dirijo a matarlo, cuando me toman del brazo y suavemente me jalan hacia atrás.
— No dejes que llegue a ti.—su mirada es tan dulce y a la vez expresa tanto miedo.—Solo intenta provocarte, no se lo permitas.
—Tranquila mi Luna, no saldré herido, puedo prometerte eso. — Le regaló una sonrisa —Pero no prometo nada con respecto a él.
— ¿Acaso crees que él me importa?. Solo intenta lastimarme.
—No intento lastimarte frágil Crystal, solo necesito algo que tienes y que lo uses a mi favor. No podré hacer esto sin ti.
— No pase tiempo huyendo de ti y de tus codiciosos amigos para ceder. Prefiero morir a tener que darte algo que es mío.— levanta su mentón y cuadra sus hombros intentando parecer más fuerte.
— Me encantaría poder concederte la muerte, pero lamentablemente eres necesaria.
—Es mejor que cierres la maldita boca. No permitiré que la lastimes o la utilices de cualquier manera.— lo señaló.
— No depende de ti. La trajeron a mi ¿Verdad?.
— Eso no me importa.— miro a sus ojos mientras lo digo, desafiándolo a decir algo más.
— Los tratos son tratos, ella ahora pertenece a la manada.— Víctor fue inteligente al permanecer callado, pero el humano con quien vino mi Luna parece ser todo lo contrario.
— ¡No pertenezco a nadie!—grita hacia el hombre.— Jared confíe en ti,en ustedes y me traicionaron. Creí que en verdad les importaba.— sus ojos comienzan a llenarse y siento ganas de abrazarla.
— Todo esto es por tu bien Crystal. — le dice la mujer.—es mejor venir a él a que te den caza.
— ¡Me traicionaron! Dijiste que mi madre era como una hermana para ti y así es como lo demuestras, entregando a la persona por quien ella se sacrificó.— mis ojos se vuelven del triple de su tamaño.
— Ella no comprendía el poder que hay en ti. Siempre quiso alejarte de ello, fue una tonta al creer que lo lograría.
— No, tú eres la tonta. —su voz de torna diferente.— todos los míos se sacrificaron para que huya, tengo algo que proteger y nunca será suyo.
— Tendrás que aprender a vivir con esa culpa, porque de aquí no te irás. Su sacrificio fue en vano, estas en las garras del lobo feroz pequeña, y papi y mami ya no están para protegerte.— la voz de Víctor suena victoriosa.
— ¿Lobo feroz?—comienzo a reír a carcajadas —No llegas ni a perro guardián.
Mientras su mirada de odio e irá caen sobre mi, Jack comienza a hablarme mentalmente.
—Debemos sacarla de aquí Hunter, aún no entiendo porque la quieren con tanta desesperación, pero no nos dejarán ir como si nada.
— No me importa, es mía. Tú Luna, necesitamos llevarla a la manada, sólo allí podremos protegerla. Somos fuertes y nadie podrá tocarla allí.
—Lo se, pero ¿Cómo? Somos dos, no tenemos muchas oportunidades.
—Tranquilo, moriré antes de dejarla aquí.— Siento la mano de Crystal apretar la mía.
— Deberían irse, puedo escapar, pero no quiero que los atrapen. — baja la mirada hacia sus pies—Entendí que una Luna no estaba en tus planes, que te viste obligado y eso, pero no puedo ser yo. Solo pondría a tu manada en peligro.
— No me iré sin ti.—dije firmemente mientras levantó su rostro.—Nadie me obligó a buscarte.
—No, tú morirás y ella se queda aquí—Víctor hace una seña a los guardias, quienes comienzan a acercarse a nosotros.
— Deberías ser hombre y enfrentarme tú mismo.— gruño entre dientes.
— ¡No se acerquen! — Crystal levanta la voz y retrocede dos pasos.
— Deja los juegos Crystal.— grita el hombre llamado ¿Jared?.
— Última advertencia.— ella mira a cada uno.
— No puedes intimidarnos Crystal, eres indefensa por las próximas veinticuatro horas.—se burla Víctor.
— No, hace días puedo utilizar mis poderes.— mueve su mano creando un fuerte viento que nos avienta a todos por los aires.
Extendiendo una mano me ayuda a levantarme y luego va hacia Jack y hace lo mismo.
— Lo siento, aún no tengo el control— luce avergonzada.
— ¿Que demonios fue eso?— pregunta Jack antes de que pueda preguntar lo mismo.
— Se los diré luego, ahora hay que correr. —dice mirando a los lados, buscando una vía de escape. Tomó su mano y la jalo hacia el auto.
— Por aquí. Una vez que pusimos una buena distancia, me giró hacia ella.
— Ahora ¿Puedes decirnos que pasó allí atrás?
— Hace una semana mis poderes aparecieron, pero hasta mañana no tendré el control suficiente.— muerde su labio.
—Por favor no hagas eso.— le pido al notar que solo puedo ver su boca y necesito concentrarme en esto—Puedes explicarme ¿Cómo tienes poderes?—trago saliva aún mirando su boca.
—Es una historia muy larga y aún no te conozco lo suficiente.— intentó ocultar el dolor que causaron sus palabras.
—Por cierto soy Jack Roberts mi Luna, beta de la manada "Bloody tusk", no tuve tiempo de presentarme adecuadamente.
—Hola Jack, soy Crystal Wallace. Como escuchaste no tengo una manada—dice ella con tristeza.
—Crystal, mi manada ahora es tuya, eres mi Luna.—acarició sus mejillas — ¿A que manada pertenencias antes?—Veo como ella se encoge.
— Mi apellido me delata, Pertenecí a la manada "Reflejo de luna". Mi padre era el Alfa. —No logró recordar esa manada, sin embargo me suena conocida. Entonces Jack vuelve a hablar.
— No puede ser, nadie sobrevivió. Todos dijeron que esa manada fue atacada por varias otras que buscaban un regalo de la Luna—su mirada refleja duda y asombro por partes iguales.
— Si, lo hicieron. Ellos buscaban y siguen buscando algo.
— ¿Y que es eso mi Luna?.— pregunto mirando sus tristes ojos.
— A mi.—se encoge de hombros.— Aunque dije que no confiaba en ustedes se los dije. Esa es la historia.
— ¿Por qué te buscan?— frunzo el ceño, no podrán llevarla de mi.
— Cuando atacaron todos sabían que podría utilizar los poderes concedidos por la Luna. Nunca los usaría para causar daño y mi manada tampoco lo hubiera permitido. Ellos se sacrificaron para que huya, para que proteja el don de ellos.— seco dos lágrimas que han caído de sus ojos.— Sin embargo, aún no se han dado por vencidos, y se que esto se pondrá peor. Cuando Alice descubra donde estoy no parará hasta tenerme en su poder.
— ¿Quién es Alice?—pregunto para saber de quien debo protegerla.
— Ella es alfa en la manada "Red moon", fingió ser mi amiga y luego declaró la guerra, es una maldita bruja.—dice haciendo puños con sus manos.
— Tengo la desgracia de conocer a esa perra.—aprieto mi mandíbula.
— Por favor dime que no haz tenido nada que ver con ella.— me mira y frunce el ceño de una manera tan linda, ella es perfecta y es mía.— ¿Nunca tuvieron algún tipo de relación? — su voz suena tan pequeña.
— La única vez que nos vimos fue para que ella declarará que quiere hacerse con mi manada.— ella suelta un suspiro de alivio.— No estés celosa, sólo te veo a ti.—digo sonriendo.
— Si, lo haces, ahora.— dice con un mohín.— Pero no quiero ni pensar en cuántas estuvieron contigo antes de que te obligaran a buscarme.
— Nadie me obligó, llevo años buscándote.—digo frunciendo mi ceño.—Y créeme no debes preocuparte por el pasado.
— ¿Está muy alejada su manada ?— pregunta a cualquiera de los dos, para cambiar de tema.
— No, en una hora estaremos allí.—dice Jack concentrado en el camino. Ella toca su pecho como buscando algo.
— ¿Puede ser posible no mencionar a todos los miembros de su manada el motivo por el cual me buscan? Por lo menos durante un tiempo.
— Solo lo sabrán los necesarios.—le afirmó.
— Gracias.—suelta una sonrisa casi imperceptible.
—Estoy muy feliz de haberte encontrado— digo tomando su mano.— No apresurare las cosas, pero te quiero conmigo.
—Mañana es mi transformación, a partir de entonces podré reconocerte.—dice cerrando su mano en la mía. Mientras el camino avanza miro como empieza a llorar y no entiendo el motivo.
— Mírame Crystal. ¿Qué está mal?— seco sus lágrimas aunque no dejan de caer.
—Me traicionaron, los consideraba mi familia y me entregaron.— rompe a sollozar.
— No es tu culpa, ellos están mal amor, no tú. — beso su cabeza— Ahora estas conmigo y prometo destrozar a cualquiera que intenté lastimarte.
—Aún así duele. Fui a ellos cuando hui, ¿Por qué simplemente no me entregaron?
— No tengo la respuesta a esa pregunta. Pero solo puedo agradecer que no lo hicieron. Continúa llorando hasta que se queda dormida entre mis brazos.
— Sabes que será muy peligroso ¿Verdad?—la voz de Jack me obliga a mirarlo.
- No me importa una mierda. Ahora que la encontré no la dejaré ir. Ella es mía.
— Es fuerte, paso por mucho y sigue en pie— dice filtrando hacia mi. —¿Qué dirán tus padres?
— Ellos estarán felices, pero nadie estará más feliz que yo.
— Estamos por llegar, es mejor que la despiertes.
— No, debe descansar. Nos salvo la vida amigo mío.
—Aún no lo puedo creer, cuando salí volando no entendí nada.
—Ni que lo digas — dije riendo bajo.
Al llegar bajo del auto, tomándola en mis brazos para llevarla hasta mi casa.
— Esto no me lo pierdo. Tu madre estar a como loca. — Ríe Jack.
— Cállate y abre la puerta.— No quiero que mi madre la asusté.
— ¿Es tan pesada? Y eso que parece pequeña.
— El único pesado eres tú. — gruño haciendo lo reír más fuerte.
Al entrar mi padre está en la sala.
— Han vuelto. ¿Quién es ella?— señala a la durmiente Crystal.
— Mi Luna.— digo volviendo a poner mis ojos en ella.- Se durmió camino aquí, pero no quiero despertarla.
—¡ La encontraste!— la expresión de mi padre es de felicidad. — ¿Donde fue?
— En "cruz de plata"— digo haciendo una mueca.—No fue fácil poder sacarla.
— ¿Por qué lo dices?— arruga su rostro.
— Luego, voy a llevarla al cuarto para que pueda descansar mejor.
— Ve, cuida a tu mate.— me da una palmada en el hombro.
Si supieras papá el peligro que se acerca, pero no permitiré que la aparten. Ella es mía, y nadie toca lo mío.