Greta, Henry, Leo y Matilde comenzaron a convivir en la casa como si todos fueran una gran familia, aunque la tensión eran tan fuerte que se podía cortar con un cuchillo. Sin embargo, Leo hacía como si esto no le importara. Convivía con su esposa Greta en las áreas comunes, saludaba a Matilde como si nada y luego se sentaban los cuatro en el comedor a disfrutar los alimentos riendo de todo y hablando de cosas vanas que era evidente que a Henry no le importaban. Éste había comenzado a usar un sombrero, ya que era evidente que seguía arrancándoselo en cada ataque de ansiedad o enojo que tenía, también toda la casa, los sirvientes, ya sabían que no estaba tomando sus medicamentos por lo que se mantenían lejos de él y más cerca de Leo que era evidente les caía mejor y se sentían protegidos.