Henry Del Moral se obsesionó con Leo desde la primera vez que lo vio, al grado de que parecía una fascinación inmediata que al mismo Henry asustó. Ahora, seguía siendo su obsesión pero de otra forma, quería encontrar algo, un sólo error, que lo hundiera y él volviera a ser el rey entre todos. Sin embargo, su salud mental no se lo permitiría. Henry, iba a pasos agigantados hacia atrás, pero su ego no le permitía admitirlo. Había empezado de nuevo a arrancarse el cabello como lo hacía de pequeño y también a tener esos ataques de ira que lo llevaban a otro nivel de locura. La medicación empezaba a no servir y volvía de nuevo a ese espiral de confusión y celos que desde pequeño formaban parte de su haber. La infancia de Henry Del Moral estaba marcada de acontecimientos que muchas personas