¿El final más esperado o el principio de una vida feliz? Esa era la pregunta que el destino se hacía mientras Leo y Matilde se preparaban para su pequeña boda en un lugar alejado de Madrid. Ambos, había decidido casarse antes de regresar a México, Al paraíso y por fin estar junto a su hijo, Raulito, que cada día crecía más. El lugar de la boda fue en Francia. Uno de los lugares favoritos de Leo ya que siempre lo mencionaban en los libros de Verne. No sería una boda grande, ni con lujos. Sólo ellos dos, tomados de la mano, ante un juez que los casaría y los uniría para siempre, aunque Leona ya lo había hecho hace años atrás. Para esta ocasión, Leo escogió un sencillo traje azul marino con una camisa blanca y Matilde un vestido color blanco con uno tacones azul marino para que combinara