William Fui obligado a soltar a la Zarina, para contraatacar los movimientos de Dimitri. Cuando mi espada y la suya se encontraron, logre verlo con mayor claridad, su apariencia joven había desaparecido, no quedaba más que el rostro de un hombre demacrado, se notaba a plena vista su piel sumida sobre sus pómulos, tenia una barba oscura y enmarañada, además su piel bronceada, algo común entre los cromenianos, había perdido tonalidad. Pero en su mirada atisve el singular brillo del odio y supe que sus intenciones no habían cambiando en lo absoluto, por más que se sintiera cansado, no desistiria. Me mataría si lograba tener la oportunidad y yo no se la daría. —¿Porqué piensas que puedes ganarme esta vez, William?— exclamó alzando su espada sobre mi cabeza, corto el viento pero fui rápido