Cuatro semanas transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos. Los más felices para la princesa Keisha y los más relajados para rey.
Sus encuentros con su esposa lo dejan distendido, sin mencionar que duerme placidamente cuando ella está a su lado, que hasta sus problemas más atroces le parecen irrelevantes en esos momentos. Han hecho el amor muchas más veces en estos días de lo que puede recordar y todas las veces le parecen increíbles.
La reunión en el consejo no sucede gran cosa, solo quejas de los reinos por las rebajas en los donativos y los comercios, además de las exigencias de los reyes afectados de reunirse con Artur personalmente para tratar sobre el caso de la escasez. Sin embargo, para todo hay un tiempo y él está esperando lo suficiente para llevarlos hasta la desesperación ant
