Capítulo 3

2138 Palabras
El resto de la tarde Cherry se quedó reflexionando sobre todo lo que había pasado ese día. Fue algo de locos, y que Ángel le dijera esas palabras antes de irse la descolocó completamente.  Por un lado  Seguía muy enojada con él por todo el alboroto que provocó en su local. Seguramente los clientes hablarían por días sobre ella. Eran una comunidad bastante unida en uno de los barrios de clase media en la ciudad de Montevideo. Con que una persona hubiera presenciado el escándalo era suficiente para que todos se enteraran en menos de veinticuatro horas. Eran muy unidos, pero también muy chismosos.  Para el momento del cierre Luna y Cherry sentían el cuerpo destrozado. Entre la resaca, los pedidos y el pequeño espectáculo del día, sus energías se habían consumido.  Amelia prometió cerrar esa noche, así que Cherry y su amiga se fueron de la pastelería arrastrando sus pies.  -No puedo más. -Dijo Luna. -Solo quiero caer en cualquier lugar y dormir.  -Estoy igual. -Contestó Cherry. -¿Me puedo quedar contigo?  -Claro.  Luna debía resolver dónde iba a vivir después de encontrar a su novio engañándola. Se habían mudado juntos hacía un par de años atrás y, aunque compartían gastos, lo más probable era que Luna no quisiera volver al lugar donde encontró al hombre haciéndolo con su compañera de trabajo como animales.  Después de llegar a casa de Cherry, Luna se tiró sobre el sofá y suspiró.  -No me despiertes hasta mañana.  Cherry río y buscó a Taquito. La pequeña bola de pelos corrió hacia ella cuando entró en la cocina y ladró emocionado.  -Alguien extrañó a mami. -Dijo Cherry.  Levantó a su pequeño mimado y beso su cabecita. Como de costumbre, Taquito contestó con lenguetazos y flatulencias. Amaba a su perro, pero cada vez que se emocionada soltaba pedos como si fuera la última vez que podría pedorrearse en la vida. Y olían fatal. Era extraño ya que tenía una dieta controlada. Cherry había comprando un dispensario para él y la mejor ración para su r**a. Así que no tenía que preocuparse por tener que recordar darle de comer varias veces al día.  El dispensador se programaba para soltar la cantidad justa de comida varias veces al día. El mejor invento, ya que ella pasaba todo el día fuera de casa. A veces se sentía terrible por dejarlo solo, pero cuando estaba en casa el perro dormía todo el día. No le afectaba mucho lo de pasar solo.  Lo bajó y miró hacia la heladera. Realmente estaba agotada así que se ducharía y después iría directo a la cama. Subió las escaleras como alma en pena y se acercó directo al baño.  Una ducha era lo que necesitaba para descansar toda la noche. Después de secarse, pensó en ponerse el pijama pero no tenía la energía para vestirse. Solo se acostó y se tapó con una manta. No pasaron ni cinco minutos de paz hasta que sonó su celular.  Se giró molesta buscando el aparato y después de quedar momentáneamente ciega por la luz vio que se trataba de un mensaje.  No tenía registrado el número pero podía ser algún cliente.  Buenas noches cerecita.  Y un emoji de un par de cerezas.  Volvió a leer el mensaje por si era una alucinación por el cansancio pero no. Suspiró porque algún idiota no tenía nada mejor que hacer que molestarla. Apagó el celular y se dispuso a dormir.  -------------------------------------- La luz que entraba por la ventana no la despertó. La loca despatarrada a su lado y el trasero de su perro lo hicieron.  Luna y Taquito parecían competir por quién tenía el tractor más ruidoso y oloroso del planeta. Su amiga ocupaba media cama al estar en diagonal y su perro estaba durmiendo boca a arriba con sus cuatro patas estiradas. Cualquiera pensaría que estaba muerto si no fuera por la sinfonía de ronquidos y pedos que salían de él.  Cherry no podría volver a dormir así que de mala gana terminó levantándose. Hoy era Sábado y la pastelería cerraba temprano, algo que la animó bastante.  Después de una semana agotadora terminaría temprano, volvería a su casa, descansaría y tal vez de noche podría salir a alguna club con Luna. A ambas les iba a caer bien una noche de baile.  Se preparó un café antes de despertar a su amiga y obligarla a prepararse para el trabajo. Desayunaron, jugaron con Taquito y salieron al trabajo.  En la mañana generalmente pasaban trabajadores por su café y algún dulce horneado. Eran las horas más tranquilas.  Llegaron a la pastelería cuando Amelia giraba el cartel de "cerrado" a "abierto".  -Hola Amelia. -Dijo Cherry. -¿Cómo está todo?  -Excelente. Los cupcakes están prontos y las galletas acaban de salir del horno. Clara esta preparando la maquina de expresso y cappuccino.  Cherry asintió satisfecha. Solo debían esperar a que los clientes comenzaran a llegar.  Poco a poco los clientes comenzaron a llegar y hasta media mañana se vio inmersa entre cafés y galletas. La felicidad en el rostro de los clientes al probar sus productos era la mejor sensación del mundo. Dentro de poco tendrían que comenzar a decorar los pasteles para esa tarde así que Cherry y Amelia dejaron a Luna en el mostrador y volvieron a la cocina.  -¿Ya sabes que vas a hacer cuando se presente hoy? -Preguntó Amelia.  Cherry la miró confundida.  -¿Quién?  -El idiota con cuerpo de Thor. -Contestó Amelia. -¿Ángel?  Asintió.  -Dudo que lo haga. Después del pastelazo que le di no creo que vuelva a esta pastelería.  -Mhm. -Dijo Amelia sonriendo.  Cherry la miro sin entender.  -¿Qué? -Se veía muy interesado ayer. De hecho lo vi observarte con mucha atención mientras decorábamos el segundo pastel.  -¿Enserio? -Preguntó Cherry.  -Si, y dijo que volvería por su pastel de cereza. Estoy segura que aparecerá aquí hoy.  Algo revoloteó en el estómago de Cherry. Seguía enojada pero debía admitir que tal vez se exaltó demasiado y era un papichulo muy comestible.  -¿De verdad lo piensas?  -Estoy cien por ciento segura. -Afirmó Amelia quién al ver la emoción en el rostro de Cherry comenzó a molestarla. -¿Te gustó verdad?  -Claro que no. -Contestó Cherry.  -Te has topado con muchos clientes peores y jamás te vi tan molesta como para destrozar sus pasteles. Ese Hombre te tocó un nervio así como así. -Dijo Chasqueando sus dedos.  -Estas loca. -Harían buena pareja. El es un amargado y tú una loca. - Cherry abrió su boca sorprendida.  -Te olvidas que soy tu jefa niña. -Dijo.  -Solo digo lo que veo. -Y con eso Amelia se alejó para empezar con sus pedidos.  Cherry se quedó parada pensando en que si le gustaba. ¿A que mujer no? El hombre tenía la complexión de un Dios griego aunque fuera un amargado. Puede que esté amargado porque no tienen quién endulzarle la vida.  Y parecía que a él le gustaba, sino no hubiera prometido volver por un pastel de Cherry. Movió su cabeza creyendo que era una tontería pensar en eso. Ángel le amargó el día y ni siquiera se disculpó por haberla ofendido, o el hecho de que tuvieron que gastar el doble de dinero en otro pastel.  Al final Cherry no le dio importancia y se puso a trabajar en lo que mejor sabía hacer. Decorar.  --------------------------------------------- -Alguien te busca. -Dijo Luna.  Cherry levantó la cabeza de la figura en chocolate que estaba haciendo.  -Enseguida voy. ¿Es por un pedido? -Preguntó.  -Sip. -Dijo Luna sonriendo.  -Ok, dame cinco minutos.  Terminó los detalles que había empezado del muñeco y se limpió las manos en el delantal. Fue al mostrador de la tienda sonriendo.  -Hola ¿en qué puedo...Ángel. -Dijo deteniéndose.  Estaba frente a ella en vaqueros y camisa apoyando su cadera en el mostrador con una sonrisa derriba bragas. Ella se abanicó mentalmente al verlo. ¿Por qué debía ser tan bello?  -Hola cerecita. -Dijo con esa voz grave que hacía erizar sus vellos.  -Espero que no vuelvas por una revancha.  Ángel rió y negó.  La admiro detenidamente por un momento. Hoy traía otro vestido pin up rojo con lunares blancos y un cinturón n***o. El delantal en su cintura le causó gracia al leer lo que decía.  "Dame el chocolate y nadie saldrá lastimado"  Solo ella podría usar un algo como eso. Tuvo muchas ganas de besar esos labios para ver si sabrían a chocolate o cereza. Cherry se cruzó de brazos esperando.  -Vine por mi pastel de cereza. -Dijo guiñándole.  -Hoy no hicimos pastel de cerezas. Solo los martes puedes encontrarlos. -Respondió satisfecha.  -Creo que tu idea de pastel de cereza y la mía no es la misma.  Calor subió por las mejillas de Cherry sonrojándola. ¿Enserio acababa de decir eso?  Luna quien seguía atendiendo a los clientes pero sin perderse una palabra soltó una risita y escucharon la carcajada de Amelia en el fondo.  -Aquí solo hacemos productos horneados. Eliges algo que te guste ahora o esperas hasta el martes.  Antes de terminar la oración Ángel contestó.  -A ti, con un poco de crema batida encima.  Todas las mujeres dentro de la pastelería suspiraron mirándolo, pero Cherry solo quería que la tierra se la tragara. ¿Cómo iba a decir eso adelante de todos? El sonrojo le llegaba a las orejas y sentía su corazón palpitar como si hubiera corrido una maratón.  -¿Qué dices? -Preguntó Ángel. -¿Después de el escándalo de ayer me invitas a salir?  -Causaste una gran impresión en mí.  -Pues tu a mi también. Pero no en el buen sentido, así que perdón si no entiendo tu invitación. Me faltaste el respeto. -Dice Cherry.  -Me entregaste un pastel de p***s. -Contesta Ángel.  -Insultaste mi trabajo. -Continúa ella.  -Me arrojaste pastel a la cara -Sigue Ángel.  -Dijiste que mis productos no eran buenos.  -Destruiste el pastel de mi sobrino.  -Me amenazaste con denunciarme.  -Te negaste a hacerme otro pastel. -Ángel se estaba divirtiendo mucho. -¿Ya te alcanza para decir que sí o seguimos reclamando los errores del otro?  -Dile que sí chica. -Dijo una clienta en la fila. -Es todo un bombón. Si ella no quiere yo si chiquito.  La mujer tenía unos sesenta años y le guiñaba el ojo a Ángel descaradamente.  -Acepta amiga. -Le susurró Luna a Cherry.  Ángel esperaba pacientemente una respuesta. Tenía toda la tarde si así lo quería. Podría esperar sin ningún problema. Notó las dudas en el rostro de la morena, pero sabía que le atraía mucho. Desde el día en que atravesó esas puertas quedó encantada con él y no iba a negarlo por modestia.  Mantenía una dieta equilibrada y pasaba horas en el gimnasio para lucir así, era justo disfrutar de las miradas que recibía. Podría haber dejado pasar a cerecita, pero algo en ella lograba atraerlo mucho y despertaba su interés a niveles muy altos. No sabía si era su encantadora personalidad o la forma en que arrojó pastel sobre su cara, pero algo había despertado en él y no podía dejar de pensar en ella.  -¿Entonces? -Cuestionó ansioso.  Cherry suspiró y asintió.  -Muy bien, saldré contigo pero yo decido donde y cuando. -Perfecto.  -Hoy en la noche, en Red Night. Nos encontraremos allí directamente. A las diez.  -¿La discoteca? ¿Por qué no cenamos antes en algún bar?  -Es eso o nada.  Ángel suspiró.  -Esta bien.  -Perfecto.  Ángel estiró su mano para estrecharla con la de ella pero era un truco. La acercó a él hasta que un par de centímetros los separaban.  -No puedo esperar cerecita. -Susurró sobre sus labios. -Hasta la noche.  La soltó y se dio la vuelta hacia la puerta.  -¿Ángel? -Dijo Cherry con la respiración agitada.  -¿Si? -Espero que sepas moverte, es noche de bachata.  La cara de Ángel se transformó en una de horror y Cherry soltó una carcajada.  Ya quería que fueran las diez de la noche para darle una lección. Cherry llevaba cuatro años en clases de bachata, sabía muy bien como moverse. La sensualidad era la clave para los movimientos y ella lo hacía a la perfección. Lo iba a dejar por las nubes y cuando ya este al borde del colapso, lo haría bajar más rápido que la luz..  -Lo vas a destrozar. -Dice Luna.  -No sabe lo que le espera. Y tú vendrás conmigo.  -Claro que no, quiere salir contigo.  -Nunca estableció que debía ir sola. Además ya había planeado salir esta noche contigo. Debemos organizar lo de los globos. -Dijo guiñándole.  -¿Vamos a hacerlo?  -Claro que sí, ya lo planeamos. -Muy bien. ¡NOCHE DE JODA! -Dijo aplaudiendo Luna.  -¡Nosotras también vamos! -Gritaron Amelia y Clara.  -Pues a terminar el día para ponernos bellas y gozar la noche. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR