Ángel sonrío ante la solicitud de Cherry y levantó su barbilla para acercar sus labios a los suyos y besar esa boca que lo tenía enloquecido desde que la conoció. Sin embargo, como todo en esta vida, el perfecto beso se detuvo ante el empujón de alguien que desestabilizó a Cherry, quien intentó sujetarse de Ángel pero no llegó a hacerlo. Cayó sentada en el suelo de la pista y molesta se giró para gritarle cuatro cosas a quién tuvo la desfachatez de empujarla. -¡A ver si miras por donde vas! -Gritó enojada. Abrió la boca al ver las piernas largas y la diminuta cintura que se unía a ellas. La empujona era una rubia alta, con cuerpo de modelo y carita de porcelana, enfundada en un vestido mini con tacones de infarto que la ignoró totalmente centrando su atención en Ángel. Cherry observó