Siento las extremidades entumecidas y la boca seca. Es como si un tren de carga me hubiese pasado por encima. Intento abrir mis ojos, pero me cuesta hacerlo. Pruebo, mover mis brazos y piernas para darme cuenta de que tampoco puedo moverlos con facilidad. Esto no es bueno. Es lo último que pienso antes de volver a caer de nuevo presa de la oscuridad. ****** No sé cuánto tiempo he estado entrando y saliendo de los efectos de la droga. Abro los ojos lentamente para darme cuenta de dos cosas. Uno. Estoy encadenada a una silla. Dos, estoy en medio de una bodega. Muevo brazos y pies. Sin embargo, me cuesta hacerlo. Necesito salir de aquí. Pero, ¿Cómo? Miro alrededor en busca de algo. De una salida. Cuando mi mirada se centra en el lado izquierdo, me paralizo y la sorpresa me atravie