—¿Dani? El susurro de Gema me hace abrir los ojos. Ambas estamos sobre el suelo del almacén. Apenas hemos tenido un descanso de las torturas por parte de Gloria y Jovi. No sé cuánto tiempo hemos estado en este lugar. Perdí el conocimiento luego de que la maldita de Gloria, descargara sobre mí, sin piedad, la pica eléctrica. Además, de golpearnos. La mujer está demente. Y Jovi es un maldito lamebotas. Está claro que desea hacerse con el manejo de la organización. —Debemos buscar la manera de salir de aquí— murmura Gema. Con esfuerzo, levanto mis manos encadenadas. —Creo que tenemos un problema —digo con una sonrisa de resignación. —No me hagas esto —gruñe —Tú no. Nunca has dejado que me rinda en algo y yo no dejaré que tú lo hagas ahora. —No me estoy rindiendo. Pero, no tenemos