Cachondo
Uno, dos golpes. Abrí los ojos y los froté. Hay estaba de nuevo ese ruido. Uno, dos, tres golpes. Esta vez fueron tres. Me senté en la cama y la luz me cegó, tuve que bloquearla con mi brazo para que no me lastimara, maldita sea. Bajé con cuidado mi brazo tratando de que se acostumbraron mis ojos a la luz que inundaba la habitación.
Toc Toc, escuché de nuevo los golpes. Miré de dónde provenía la luz. La vista me cegó, pero no porque estaba llena de luz, sino porque era impresionante lo que enfrente de mí se desarrollaba. Edificios altos con estructuras exquisitas ¿Dónde me quedaron? Miré a mí alrededor.
Entonces recordé.
Las Vegas.
Me parece en Las vegas para la última prueba en las Carreras Máximum.
Toc Toc Toc Toc. Estaba vez los golpes fueron más seguidos y fuertes.
Era
