Esteban, desde su despacho, escuchaba a Martina hablar por teléfono en italiano. Había hablado lo suficiente con James como para entenderle, sabía que estaba hablando con una amiga y que hablaban de un hombre que estaba volviendo loca a la modelo, aunque nunca dijo su nombre. Frunció el ceño y suspiró, no esperaba que fuera Federico, pero tampoco quería que fuera su hijo, aunque estaba comenzando a sospechar. La energía que derrochaba esa mañana, cómo la miraba, esa forma de hablarle como si estuviera preocupado por ella… eran señales bastante claras de que algo pasaba entre ellos. Él no era idiota y pasó por lo mismo cuando era joven, pero pensar en Martina y Javier juntos le dio un poco de escalofríos, crecieron juntos, prácticamente se gestaron juntos, los padres de ella eran como sus h