Tres días después de esa llamada, Javier se despertó sudando, respirando pesadamente y no paró de dar vueltas en la cama. El agente le dio el nombre de una mujer y eso le provocó pesadillas durante toda la noche.
Susana López, así se llamaba quien lo había llamado el día anterior y ese era el nombre de su novia fallecida. Definitivamente, estaban jugando con él. No podía creerlo, estaban yendo demasiado lejos.
—¿Estás bien? —le preguntó Martina tocándole la frente. Estaba volando de fiebre y eso le preocupaba bastante.
Sí, definitivamente algo malo le estaba pasando, pero no iba a decírselo. No paraba de pensar en que alguien estaba jugando con su mente, era demasiada casualidad. Él mismo había visto a Susi en un cajón, el mismo la había enterrado, era una locura lo que estaba sucedi
