Hera Kade
Las marcas en mi cuello aún se sienten calientes, como si la intensidad de lo vivido estuviera anclada a mi piel. A mi alrededor, todos festejan con alegría desbordante, pero mi mirada permanece fija en Seren, al igual que la de ella clavada en mí. Es una guerra silenciosa entre dos voluntades. Mis destinados intentan atraer mi atención, buscan envolverme en la celebración, pero mi mente está atrapada en la presencia de mi peor enemiga. Me habría gustado que no la invitaran a esto… porque no puedo evitar sentir miedo, una presión sorda que oprime mi pecho con la posibilidad de que ella haga algo en mi contra. Fenris y Thea la cuidan, la protegen como si fuera una joya preciosa e intocable, como si ignoraran todo lo que ha hecho.
— Deja de verla — susurra Jareth al tomar mi mano
