Hera Kade
Magnus, Alaric, Jareth y Alden se sientan conmigo a la mesa. Es la primera vez en todo el día que logramos reunirnos para comer, y aun así, no estamos completos. Iven no se acerca. Ha pasado de largo, ignorando por completo nuestra presencia... ignorándome a mí. Sin siquiera mirar, sube las escaleras hacia su habitación y cierra la puerta tras de sí con una firmeza que duele más de lo que quisiera admitir.
— Por favor, deben alimentarse... — digo con suavidad, intentando sonar firme — no pueden defender a su manada estando débiles.
Mientras las palabras salen de mi boca, me siento como una completa hipócrita. Sé que, en el fondo, todo esto es mi culpa. No puedo evitarlo: una punzada de dolor se clava en mi pecho al ver a Iven tan distante, pero al mismo tiempo, hay una satisfa
