Alaric Vorg Hera empieza a galopar con su caballo como si estuviera practicando, y no lo hace nada mal. De hecho, parece toda una profesional. Sus movimientos son fluidos, precisos, casi coreografiados. Mis hermanos y yo, intrigados, nos acercamos lentamente a donde ella se encuentra, observando con atención cada gesto, cada maniobra. — Espero que ganes — me advierte Alden, cruzándose de brazos con una expresión severa —. No puedo darme el lujo de quitarme el anillo si ella gana... Sería como dejarle las puertas abiertas para un ataque directo. — Pueden estar tranquilos — respondo sin apartar la vista de Hera —. La estoy observando, y sí, corre increíble... parece que lo ha hecho toda su vida. Pero no es mejor que yo. Es buena porque ama a los caballos, porque siente una conexión natura

