Comencé a mover el té que se encontraba en mis manos con una cuchara sopera. Alcé la mirada para poder observar la cara de asco que tenía mi hija en estos momentos, por lo qué sonreí y me acerqué a ella para que pudiera agarrarlo y tomárselo. - Ni de chiste me voy a tomar eso mamá – Negó con una mueca en el rostro – No sé que rayos te dijo Sasha, pero mi loba y yo nos encontrabamos demasiado asqueada al ver eso en tus manos. - No seas una niña Jade – Me reí – Tómatelo todo, no quiero encuentrar ni una gota de té en la taza. - Si me quieres matar… – Acercó la taza a su nariz para poder olerla – Mejor dímelo ahora. - Claro que no quiero matarte niña – Me senté a su lado y toqué su rodilla con una de mis manos – Quiero ayudarte con este malentendido – Me mir