Dominic me miró y me sonrió de un lado, al mismo tiempo que señalaba a uno de los sillones para que nos sentaremos. Yo asentí y caminé a su lado. Pude notar la mirada de Nicolás en mí, por lo que comenzó a causarme un poco de incomodidad.
- ¿Necesitas algo de mi mate Nicolás? – Dominic alzó su ceja retándolo, a lo que yo negué. No quería agobiar a Nicolás en ese momento y en esas condiciones.
- No es tu mate – Lo miró furioso – Lo fue hace diez años, pero ya no lo es – Dominic asintió y se encogió de hombros.
- Lo que tú digas – Alzó las manos en forma de paz – Ahorita no es hora de pelar y mucho menos en tus condiciones.
- ¿De qué condiciones hablas? – Bufó – Si lo quisiera, podría derrotarte en estos momentos – Mi mate se rió y negó
- No puedes
