Miré anonadada a Dominic, quien se encontraba junto con el médico de la manada ayudando a Nicolás. Todos los que decidieron por seguirnos a la habitación, miraban a mi mate como si fuera algún tipo de broma de mal gusto. - ¡Arde! – Nicolás gruñó ante el impacto del alcohol con su cuerpo, a lo que me acerqué para poderle dar la mano. - Solo faltan dos puntadas y lo dejaré tranquilo por el día de hoy para que logre descansar – El médico agarró una aguja y comenzó a realizar lo que había dicho. Miré a Dominic, quien se encontraba en silencio pasándole algunos artefactos que necesitaba el doctor. Al sentir que alguien lo estaba mirando fijamente, alzó la mirada y la cruzó con la mía. - Tienes que decirme que es lo que está pasando aquí – Hice una mueca al se