Llegamos al restaurante, nos asignan una mesa y hacemos nuestra orden, como siempre le pido a Aitana dos platos, ya que parece que le da pena hacerlo en algunas ocasiones.
—¿Cómo te has sentido? —le pregunta Aitana a Marley rompiendo el silencio incómodo.
—Bien, no me han dado las náuseas de los primeros meses.
—Pero a mí sí —suelta Aston—. Tengo días en los que no puedo probar bocado.
Marley lo mira sorprendida.
—¿De verdad? —le pregunta.
—Sí, antes de que me enterara de tu embarazo, me había sentido mal, pero pensé que era porque a veces me salto algunas comidas.
—No lo puedo creer —comenta divertida.
—También tengo antojos extraños, jamás me había gustado la crema de cacahuate y ahora me la como a cucharadas: con pan, con galletas, con lo que sea, pero siempre se me antoja.
