Lilith levantó la cabeza y miro a Lucifer con aire desafiante. — Me encanta... — dijo Lilith al tiempo que pasaba la lengua por sus labios que ahora derramaban sangre, acto seguido inclinó la cabeza hacía atrás y soltó una carcajada. Todos la miraban desconcertados. Lucifer tomo con fuerza su rostro entre sus dedos. — No tientes a tu suerte, Lilith. — soltó su rostro con brusquedad. Mientras tanto ella seguía riendo. — Es que es tan divertido ver cómo pierdes los estribos por una mortal... Es reconfortante, el ver que nunca antes nada te perturbó en milenios, hoy ella te vuelve loco, bueno, lo que te vuelve loco es ver que alguien se atreva a sentirse con el derecho de repudiarla o tan siquiera verla con los mismos ojos que tú la ves... — un nuevo golpe se estampó en el rostro de Lilit