No digo ni una palabra y continúo acariciando su espalda y luego sus brazos. —Matthew, lo que escuchaste es verdad, eres el único hombre al que podré odiar y amar al mismo tiempo. —Y tu eres la única mujer que puede odiarme y rechazarme cuantas veces quiera, y aún así estaré a tus pies, Sarah, por qué eres la mujer que amo. —Me amas, pero me cusaste tanto dolor, Matthew. Me muevo y me coloco sobre ella, beso sus labios y le hablo mirándola a los ojos. —Sarah, mírame por favor, daría mi vida por volver el tiempo atrás, me equivoque y fui un maldito imbécil, incluso yo creo que no merezco tu perdón, mi amor, pero solo si tu me das una oportunidad y algún día simplemente sin importar cuanto tiempo pase, me puedes perdonar yo también me perdonaré a mi mismo. —Tengo miedo. —¿De qué, m