Travis yacía inmóvil en su cama, con los ojos fijos en el blanco techo, había despertado hacía una hora, pero no se había movido de su lugar, mientras su mente repasaba el sueño que había tenido. Se trataba de un sueño del pasado y de un futuro que nunca sucedería, uno que se sentía vívido y casi demasiado real. El sueño había comenzado con el recuerdo de la primera vez que conoció a Isabella, la recordaba claramente, una joven de cabello rubio, vestida con un hermoso vestido blanco y una cálida sonrisa en su rostro. En el sueño, Travis estaba sentado en un sofá con su abuela cuando Isabella, junto con su padre y su madre, fueron presentados ante él, aquel habia sido su primer encuentro, sin embargo, el sueño tomó rápidamente un giro diferente cuando se encontraron en un campo abierto,