—¿Es esto cierto? —preguntó el desconocido, mirando a Isabella, quien mantenía una expresión neutral a pesar de la ola de confusión que la invadía por dentro, y a su teléfono, que aún mostraba el artículo abierto en pantalla —Quiero decir, no tienes que hacer una declaración oficial ni nada por el estilo, sé cómo son ustedes, los ricos, con la reputación y todo eso, pero… —Basta —lo interrumpió Travis, apartando el teléfono del campo de visión de Isabella—. Es de muy mala educación cuestionar a alguien por un artículo falso. —Bueno, ¿y cómo puedes estar tan seguro de que es falso? —replicó el desconocido. —¿Y quién eres tú para decir que fue escrito basado en hechos reales? —intervino Isabella, recuperando finalmente la compostura después de haber leído el artículo. Qué montón de estu

