—Irene Rosewood, ¿eh? Sentada frente a su computadora, con los dedos suspendidos sobre el teclado, Isabella contemplaba la foto de su supuesta media hermana. Habían pasado más de dos horas desde que salió de la casa familiar, y en ese tiempo había investigado exhaustivamente sobre Irene, aprendiendo todo lo que podía sobre ella. —Eso explica algunas cosas —pensó, analizando las similitudes demasiado evidentes en sus rostros. No era que Irene se hubiera hecho una cirugía facial, ella simplemente había heredado los rasgos de su padre, al igual que Isabella, sin embargo, eso no era lo que le preocupaba, pues lo que realmente la inquietaba era el hecho de que Irene, quien había permanecido en silencio todos estos años, de repente decidiera aparecer. —¿Es solo una coincidencia? — Isabella

