[RENZO] Al día siguiente: 31 de marzo La taza de café ya está sobre su mesa de noche y al parecer el aroma ha despertado sus sentidos ya que ella poco a poco va abriendo sus ojos encontrándose conmigo. Puedo notar la confusión en su mirada y no sé cómo hago para no reírme —Son las once de la mañana por si te lo preguntas— Respondo a su pregunta sin hacer y la preocupación se hace presente. Ella se mira dándose cuenta de que solo trae su diminuta braga puesta, y luego me mira a mi —¿Qué tan mal estuvo anoche?— Me pregunta sentándose en la cama y casi por instinto agarra la taza de café para luego beber un sorbo. —Dependiendo a que le llames mal— Contesto sin dejar de mirarla. —Cuéntamelo todo— Me pide y sonrió. —¿De verdad no te acuerdas de nada?— Inquiero y se muerde los labios. —Me