Santiago El tiempo pasa en cámara lenta. Las agujas del reloj no avanzan más, siento que voy a morir si no responde. El silencio empieza a aturdirme y trago saliva con dificultad. Jamás había estado tan nervioso en mi vida, hasta siento sudor frío en mi cuello. Probablemente debería haber esperado para hacer esto, ella no se siente segura, quizás debería haber tomado más tiempo para planear esto e incluso para hacer que se dé cuenta de que realmente la quiero. Mica mira el anillo y luego a mí, moviendo los labios. No escucho qué es lo que dice, solo estoy rezando para que no sea un no. Me mira con el ceño fruncido y arqueo las cejas. Carajo, me dijo que no. —¿Estás bien? —interroga. —Sí, sí, bueno, supongo que lo voy a superar… —replico volviendo a pararme. Ella también se pone