Los recuerdos de mi día con Eros aún están presentes en mi mente. ¡Dios! El hombre realmente sabe como resarcir sus errores. Luego del episodio en la cocina subimos a la habitación y no bajamos hasta que el sol se ocultó y ambos moríamos de hambre. Pedimos algo para comer y nos echamos en el sofá. Eso le dio el tiempo de admirar todo lo que había colocado alrededor. Bueno, he puso de nuevo lo que ya había guardado. Pero, se sintió bien poder ver su expresión casi tímida. Me alegro y al mismo tiempo me dolió por él. No puedo imaginar lo que es vivir una vida de abandono, de carencias. Sí, yo no tenía todo. Pero nunca me falto lo más importante, lo esencial para vivir en paz. Ahora mi mente está dando vuelta en que regalo puedo darle a mi gruñón. Siento como mis labios se extie