Capítulo 57 Un año después del juicio... . —Bien, niños —dije—. No olviden anotar sus lecciones de tarea. Los veré en el corral. Dieciocho niños, desde los de jardín de infancia hasta los tres años, que ya habían comenzado a seguir los pasos de sus padres como jackaroos y jillaroos, se pusieron de pie y metieron sus libros en sus mochilas, jugando entre ellos mientras se apresuraban a salir del cobertizo transformado en una escuela de una sola habitación. Respondí las preguntas del niño que siempre luchaba por mantenerse al ritmo de la lectura, y luego busqué debajo de mi escritorio para sacar mis viejos Dublineses negros y deslizarlos sobre mis pies. Doblé mi pie en el tobillo, admirando la forma en que los diez cordones en el empeine hacían parecer que llevaba un par de sofisticadas