Después de la propuesta y de haber terminado de cenar, corrimos a mi apartamento, ya que las ganas y el deseo de festejar de forma más íntima nuestro compromiso, se habían apoderado de nuestros cuerpos, haciendo que la ropa nos estorbara al punto de empezar a quitárnosla desde la entrada hasta el lado de mi cama. Sentir las manos de Peter recorriendo todo mi cuerpo, es una experiencia sublime. No sé lo que hace, pero es algo completamente diferente a lo que antes pude haber experimentado, ni siquiera con Derek, a quien amé demasiado. Cada milímetro de mi piel reacciona a su tacto con excesiva sensibilidad, esa misma que tienes mis dedos y labios cuando lo recorro por completo. Hacemos el amor y festejamos hasta que caemos rendidos sobre la cama, abrazados y con ganas de no soltarlo nun