Nos tomamos únicamente dos copas de vino, mientras el resto del tiempo no dejamos de besarnos y yo de recibir caricias por parte de Peter, lo que me tenía derretida en sus brazos, porque hace mucho nadie me consentía de esta forma, aunque podría decir que es algo completamente nuevo y diferente a lo que en el pasado pude haber sentido con Derek. Suena un trueno demasiado fuerte, que me hace saltar en mi lugar y Peter rápidamente me calma. Se levanta de mi lado y lo veo caminar hacia la ventana, en donde corre un poco la cortina y lo veo hacer un mueca incómodo. Se gira hacia mí y puedo notar la decepción en su mirada. —Deberíamos irnos —me propone y yo asiento. —Sí, me preocupa que Kiwi está sola y parece que va a caer el primer aguacero de su vida —comento y Peter me ayuda a levantar