La noche terminó bastante bien teniendo en cuenta los problemas o mejor dicho el problema con la fresca. Disfrutamos el resto de la fiesta, reímos, bailamos y bebimos un poco o mucho.
Con Julia comenzamos a tomar alcohol como locas y alguien tenía que llevarnos a casa así que Will solamente pudo tomar tres tragos mientras los demás nos metíamos un pedo que ni te imaginas. La mayoría de los invitados ya se habían ido, eran pasadas las cuatro de la mañana y algunos tenían turno en el hospital, una mierda en mi opinión. ¿A quién se le ocurre ir a trabajar después de pasar horas de fiesta?, solo los médicos. Pero bueno, alguien tiene que salvar vidas ¿no?
En fin, a las diez iban a traer a Noah así que juntamos nuestras cosas y nos fuimos. Dejamos a Phill y Julia en su casa que parecían a punto de desmayarse en cualquier momento.
Julia solo reía y le decía piropos nada apropiados a Phill y yo, bueno, yo solo quería que Will me llevara a algún rincón y me quitara todo menos los tacos.
Como viajamos en el auto de Julia, al dejar a los tortolitos tuvimos que volver en taxi a nuesta casa.
- ¿La pasaste bien? – Pregunta Will mientras abre la puerta.
- Sip, demasiado bien diría yo. – Camino un poco tambaleante.
- Me dí cuenta, pareces algo atontada. – Envuelve su brazo en mi cintura y me levanta.
- Lo estoy, pero no importa, me divertí muchiiiisimo. – Sonríe y baja su boca a mi cuello.
- También yo. – Comienza a besarme poco a poco.
- Aunque falta algo. – Lo miro pícaramente.
- ¿Qué?
Le guiño y él sonríe.
- Pues vamos a ello, no puedo dejarte insatisfecha.
- No, no puedes.
Will sube las escaleras corriendo conmigo rebotando y riendo a carcajadas. Abre la puerta del cuarto de una patada y me lanza sobre la cama.
- Ahora ¿por dónde empiezo?
- Mmmm...sorpréndeme.
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Unos golpes me despiertan y gimo tapandome con la almohada.
- Demonios. – Mi cabeza palpita de dolor. – Haz que pare. – Gimo.
Los golpes paran y suspiro aliviada.
Escucho unos murmullos y me giro para ver a mi hermoso bebé entrar en brazos de Will.
- Ma... - Noah estira sus bracitos hacia mí.
- Bebé... - Me siento y sonrío. Will me lo alcanza y lo acerco a mí.
Besuqueo toda su hermosa carita mientras se ríe a carcajadas.
- ¿Cómo está mi príncipe? ¿te divertiste mucho? – Will se sienta junto a nosotros y Noah se le tira encima.
- Pa... - Will sonríe y besa su regordeta mejilla.
La ternura que me inunda cada vez que le dice "Pa" es inmensa. Se lo dijo por primera vez hace un par de meses y todos nos quedamos algo KO.
(Flashback)
Estábamos en casa de Connor en una comida familiar y en mitad del postre Noah miró a Will y lo dijo. Recuerdo la cara de estupefacción de Will y la sonrisa en la cara de mi hermano y mi cuñada. Will solamente me miró sin saber qué hacer y me encogí de hombros.
- Quiere que su padre lo agarre. – Dije señalando a Noah que lo esperaba con los brazos levantados.
Will lo levantó y lo miro algo emocionado. Creo que todos dejamos caer alguna que otra lagrimita. Sé que no es su hijo biológico pero lo quiere como si lo fuera y no soy quien para impedirle ser su padre. Es el mejor hombre que podía tener como padre de mi hijo, así que adelante.
Fin del flashback.
Will baja a Noah y se levanta.
- Voy a prepararle un biberón. – Asiento y lo veo irse.
- Ma...ma...
- Bueno, voy a tener que levantarme aunque mis ganas estén tres metros bajo tierra.
Dejo a Noah en la cama mirando dibujos mientras me doy una ducha fugaz con la puerta abierta controlando a mi bebé. Hace bastante calor así que me pongo un vestido de gasa y unas sandalias bajas. Me cepillo el pelo y me pongo un poco de brillo en los labios.
- Bueno... - Agarro a Noah y bajamos a la cocina. – Necesito algo para el dolor.
El olor a café llega a mi nariz y sonrío deseando probar una deliciosa taza de café n***o.
- Necesito café, urgente. – Digo mientras entro en la cocina.
- Enseguida te lo doy. – Siento a Noah en su sillita y le doy su biberón.
- No volveré a tomar.
Will me deja la taza enfrente y besa mi cabeza.
- Me gustas borracha. – Me guiña.
- Pervertido.
Desayunamos tranquilamente y entre los dos recogemos todo. Me gusta esta rutina que hacemos.
- ¿Vas a ver a Lex hoy? – Me pregunta.
- Si, con Julia pensamos que les vendrían bien unas vacaciones.
- ¿Connor de vacaciones? – Gruño
- Lo sé, igual tenemos un plan.
- No quiero ni pensar en lo que van a hacer.
- No va a salir herido así que puedes estar tranquilo.
- Eso no me tranquiliza nada.
- Los dos necesitan un descanso de todo, mi hermano está insoportable y Lex en cualquier momento va a explotar y no quiero ver eso. – Asiente sonriendo.
- Tampoco yo.
- En fin, la idea es llevar a Lex y a los niños a la casa de Julia en Nuevo Puerto y obligar a Connor a ir detrás de ella. Todavía tengo que ver como quitarle el celular para dejarlo totalmente incomunicado con esa empresa come vida.
- Eso va a estar difícil.
- Ya sé, algo se me va a ocurrir.
- ¿Y cuándo van a hacer todo esto?
- Lo más pronto posible.
- La semana que viene es navidad, podrías arreglarlo para que pasen las fiestas en Nuevo puerto.
- Si, me gusta esa idea. Voy a llamar a Julia. - Tomo el teléfono y marco.
Will se lleva a Noah a la sala, seguramente se internen a ver dibujos.
Suena unas tres veces.
- ¿Hola? – Contesta Julia algo adormilada.
- Julia, tengo una idea estupenda para Lex y mi hermano, bueno no es idea mía, Will la propuso pero esta genial.
- ¿Y no podías esperar hasta más tarde?
- No.
- Bueno, suéltala.
- La semana que viene es navidad ¿Qué te parece si preparamos todo para dentro de tres días?
- Me parece bien.
- Genial. Hoy mismo hablo con Lex y tú encárgate de todo lo que necesiten en la casa.
- Bueno. – Bosteza ruidosamente. - ¿ya sabes cómo llevar a Connor hasta el pueblo?
- Se me ocurrió algo...se le van a encoger las bolas...- Suelto una carcajada.
Se lo merece por idiota.
- Entonces quedamos así, ¿ahora necesitas algo más o puedo volver a dormir?
- No eso es todo.
- Genial, adiós.
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Por la tarde decido ir a ver a Lex, Will prometió llevar a Noah y a mis sobrinos al parque mientras hablaba con ella.
En cuanto llegamos a casa de mi hermano Lex abre la puerta con unas ojeras de muerte.
- ¿Qué te pasó? – Pregunto.
- No dormí absolutamente nada. Los gemelos lloraron toda la noche. – Miro a Will preocupada.
- Llévatelos ahora. – Le digo.
- Ya mismo.
- ¿Qué? – Pregunta Lex.
- Tranquila, solo van a dar un paseo mientras hablamos.
- Está bien.
Nana prepara a los niños rápidamente y se van con Will y Noah al parque.
Lex se tira en el sofá y cierra los ojos.
- Amo a mis hijos pero a veces simplemente me dan ganas de encerrarlos en el cuarto e irme al demonio.
Me siento a su lado y sonrío.
- Te comprendo.
- ¿De qué querías hablar?
- Bueno, con Julia pensamos que les vendrían bien unas vacaciones.
- ¿Vacaciones?
- Sip, unas lindas vacaciones en un pueblito que conoces muy bien.
- ¿Enserio? – Su cara se ilumina. - ¡Es justo lo que necesito, unas malditas vacaciones!
- Lo sé, se te ve en la cara.
- Ja ja, muy graciosa.
- La verdad ofende cariño. Acepta que estas hecha un desastre.
- Tienes razón. – Sus hombros se hunden. – Es muy linda tu intención pero no creo que Connor quiera, su maldita empresa es más importante que unas vacaciones con su familia.
- Ahí viene lo divertido. No le vamos a decir nada.
- ¿Cómo?
- Tú te vas a ir inmediatamente después de que se vaya al trabajo. Entonces yo lo llamaré y le haré alguna escena. Ya se me ocurrirá algo.
- No me gusta tu idea.
- A mi si y va a funcionar que es lo que importa. Además ese ogro necesita relajarse un poco o voy a terminar metiéndole un taco por el culo.
- ¡Alice!
- Ni Alice ni nada. Sabes que está insoportable y la manera en que te hablo el otro día deja mucho que desear. Se merece sufrir un poco.
- Que malvada.
- Gracias. ¿Entonces?
- Está bien.
- Genial. Ahora lo siguiente, los niños se van a quedar conmigo el primer día mientras tú y mi hermano arreglan las cosas y luego nana los va a llevar y se va a encargar de ellos.
- No quisiera tenerla de esclava. Los niños son agotadores.
- Mentira, mi sobrina es un angelito.
- Livy es demasiado buena, la verdad. Pero los niños.
- De ellos me encargo yo. Un poquito de calmante en su biberón y voilá. Unos completos angelitos.
- Alice ni se te ocurra drogar a mis hijos.
- Que aburrida.
- Alice...
- Está bien, nada de dormir a los demonios.
- Bien. Yo me encargo de los gemelos.
- Pero tienes que descansar y salir por ahí con mi hermano. Disfrutar de su juventud. Bailar, beber y follar como conejos.
- ¡¡Alice!!
- ¡¡Sabes que lo necesitas!!
Soltamos una carcajada.
- Los niños sienten nuestra tensión y es por eso que están todo el día chillando. Estoy segura de que esos días van a ser unos angelitos.
- Si tú lo dices.
- Lo digo.
- Muy bien entonces.
- Genial, voy a comenzar a empacar todo.
- Si, pero a escondidas no lo olvides.
- No lo haré.
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Hablamos un poco más antes de que volvieran los niños. Lex parece realmente entusiasmada y eso me encanta.
Camino a casa Will me pregunta cómo fueron las cosas.
- Bien, Lex está contenta y no se aguanta las ganas de pasar unos días en la playa.
- Eso está muy bien.
- Si.
- Alice, te quería comentar algo.
- Dime.
- Mientras estaba en el parque me llamó James. – Lo miro muy seria.
- ¿Qué quería?
- Saber si vas a volver a las sesiones.
- No.
- Pero...
- No.
- Dale una oportunidad.
- Ya se la di y no funcionó.
- Malentendiste lo que te preguntó.
- No mal entendí nada.
- Alice...
- No Will. No.
- Está bien.
El resto del viaje lo hacemos en silencio.
Ni bien entramos Will se encierra en su oficina. Suspiro cansada y llevo a Noah a su cuarto. Se durmió en el viaje así que voy a aprovechar esa siesta para terminar unos proyectos del trabajo.
Una hora después tengo la mesa de la sala llena de diseños, tengo pensado organizar algún desfile para presentarlos ya que la mayoría son vestidos de gala. Tal vez hable con Julia, tiene buenos contactos y puede conseguirme un buen club donde pueda organizar el evento.
Escucho una puerta cerrarse y miro hacia el pasillo. Will me mira un segundo antes de seguir de largo. Va a la puerta de entrada...
- ¿Te vas? – Le pregunto.
- No. – Quita el cerrojo y abre la puerta. – Hola James. – Se hace a un lado y deja entrar al idiota del psicólogo.
Me levanto furiosa.
- ¿Qué es esto?
Will no dice nada, solo me mira antes de volver a su oficina.
- ¿Will? – Pregunto.
Escucho el portazo y vuelvo a James.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Como no quieres ir a las sesiones, pensé en tenerlas aquí.
- ¿Estás loco?, largo de mi casa. – Señalo la puerta.
El solo sonríe y se deja caer en el sofá. En mi hermosos sofá de piel, carísimo. Idiota.
- ¿Por qué no te sientas?
- En cuanto te vayas me siento.
- No me voy a ir así que será mejor que colabores.
- No entiendo porque pierdes el tiempo, ya te dije que no necesito terapia, estoy bien. Además de que tu falta de sutileza para con tus pacientes deja mucho que desear.
- Mi sutileza está bien, es tu manera de tomarte todo a pecho lo que jodió la terapia.
- Nada de malas palabras en mi casa. Mi hijo está aprendiendo a hablar.
- Lo siento.
Señala el sillón frente a él así que como veo que no se va a mover me siento.
- La última vez nos quedamos en tu madre, antes de que enloquecieras.
- Yo no enloquecí.
- Como digas. ¿Por qué no hablamos un poco de tu relación con Will?
- ¿Qué quieres saber?
- Empecemos por cómo se conocieron.
- Bueno, no fue la gran cosa. Estaba embarazada de Noah, y hubo algunos problemas con la esposa de mi hermano. Ella estaba embarazada también y las cosas no salieron muy bien, se complicó su gestación así que nos fuimos a Nuevo puerto a verla.
Asiente mientras anota algo. Esa libretita del demonio me saca.
- Will era el médico de mi cuñada, lo conocí el día que fue a visitarla, después de que nació mi sobrina. Cuando lo vi lo primero que me vino a la cabeza fue que estaba demasiado bueno para ser verdad. – James ríe. – Después supe que estaba coladito por mi cuñada.
- ¿Enserio?
- Sip.
- ¿Eso te molestó?
- Claro que no, todavía estaba dolida por el abandono de Jack, el donador de e*****a por no decir algo peor.
- Entonces no fue algo como un flechazo.
- No, de hecho estaba casi de nueve meses, parecía una pelota con patas. Lo que menos pensaba en ese momento era en una relación.
- ¿Qué pasó después?
- Lex, la esposa de mi hermano le cortó el rollo diciéndole que solo lo veía como un amigo y supongo que eso fue todo. Ese día se sentó conmigo y comenzamos a hablar, me pregunto por mi embarazo, por mi familia. Cosas normales dada la situación.
- ¿Te pareció normal que te preguntara por tu embarazo?
- Si, era algo imposible de no hablar. Parecía shamu fuera del agua. Además es ginecólogo y obstetra así que supuse que era algo normal para ellos.
- ¿Y después?
- Después nada, como nos quedamos un tiempo comencé a atenderme el embarazo con él y a veces nos tomábamos un helado o algo así hasta que me puse de parto.
- ¿Qué pasó entonces?
- Te aseguro que no quieres saberlo. Solo te diré que Will tiene un alto nivel de paciencia.
- Una paciente difícil.
- Si un ser humano de casi cuatro kilos sale de tu v****a ¿cómo reaccionarías?
- No lo sé, no tengo v****a.
- Exacto. Hasta que no lo pasen no pueden opinar sobre ello. Solo diré que duele horrores.
- No quiero ni imaginarlo.
- Muy sabio de tu parte. En fin después de que Noah nació todo fue muy normal. Pasé un día y medio en el hospital y nos dieron el alta. Ahí todo se fue al demonio.
- Pensé que no debíamos maldecir.
- Si, se me escapó.
- ¿Qué pasó entonces?
- Llegábamos a casa...