Tú eras salvaje y yo olía la selva y los vientos y la libertad cuando te miraba correr.
~Elvira Sastre.
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*Lucy*.
No podía controlar mi respiración, me sentía demasiado emocionada, llena de adrenalina, mis ojos estaban clavados en aquel oso que estaba dando sus últimos respiros.
Acababa de matar a un maldito oso.
Mis manos estaban temblorosas y mi estómago estaba lleno, me toqué la boca y luego miré mis dedos llenos de sangre, el sabor era exquisito, un sabor único que mis papilas gustativas nunca antes habían disfrutado, pero eso no era lo mejor, lo mejor fue cuando yo succioné la sangre de aquel animal, era como morder un pan realmente crujiente, tan placentero que me erizaba los bellos del cuerpo, si esto era con un animal, no podía imaginar lo que sería con un humano.
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