- Señor en menos de media hora estaremos aterrizando, nos aproximamos a nuestro objetivo. –informo la señorita, continúe leyendo el libro que se encontraba en mis manos, mientras asentía en respuesta a lo que acababa de decir, y si estaba volando unas casi 5 horas para pasar la noche con Kimberly, sonreí ante tal estupidez y lo tonto que me traía esa niña, no había palabras para explicar lo que pasaba en ambos simplemente nos necesitábamos mutuamente, su cercania me proporcionaba paz. - Señor quería hablarme. -entrando en mi campo de vision. - Si, siéntate por favor. –dije a el hombre que más confianza le tenía. - Le escucho. -dijo mientras se acomodaba en el asiento y centraba toda mi atencion en mi. - No es un secreto que eres mi hombre de co