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1032 Palabras

Luego de ser las últimas personas en el salón, decidimos retirarnos y aparecer en dicha fiesta. De verdad quiero ir a la fiesta, pero soy una persona que se deja llevar mucho por el momento y me da miedo. Sin embargo, llevo mucho tiempo sin ir a una y creo ser lo suficientemente madura para saber controlarme. Tampoco es que planee tomar más vino, ya tomé lo suficiente y tengo un límite para eso. Llegamos a la posada y todo por fuera se veía tranquilo, pensé que todo eso de la fiesta era broma hasta que entramos. —¡Al fin llegó el vino!— gritó un chico que por supuesto, se refería a Said. Talía se fue por su lado apenas atravesamos la puerta. Las posadas son de un diseño clásico, con paredes de un matiz dorado como el oro. Sin embargo, ésta posada es más amplia que la mía. Tiene un mo

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