POV: Chelsea. La energía que fluye por mi cuerpo, no tiene comparación. Me recorre una sensación impetuosa y ardiente con la sola confirmación de que, al fin, lo tengo a mis pies. —Continúa —ordeno y mi voz reverbera a nuestro alrededor, con la euforia de quien se sabe con las riendas y no lo esconde. Me mira desde abajo y en mi posición, con él esposado y arrodillado a mis pies, podría quitarle la máscara y detener todo este teatro. Solo un movimiento tendría que hacer. Él sabe que puedo. Pero mi intención no es continuar este ciclo de “tú haces y yo devuelvo”, prefiero romper la rueda y comenzar de cero, con nuevas reglas, nuevos principios. El primero de todos, respeto; el segundo, confianza. —¿A qué esperas? —insisto, cuando sigue viéndome como si se preguntara qué carajos hace