Me paso la tarde recapitulando todo lo sucedido, tratando de recordar nuestras conversaciones y buscando dobles significados en ellas. Y en cuanto regreso al principio, a esa tarde lluviosa en el cementerio, me doy cuenta de algo que había olvidado por completo. Una frase de la que obvié el significado cuando esto se convirtió en un juego abierto de poder. Mi jefe es un sádico… Definitivamente no es algo que haya experimentado…todavía, pero está claro que algún motivo tuvo su gorila imbécil para decirme tal cosa. Recuerdo el miedo que me embargó y el sabor del asco en mi boca cuando ese hombre me tocó, afirmando que a su jefe no le importaría. Irónico, entonces, que luego todo se haya desarrollado como hasta ahora. ¿Habrá sido también parte del juego de intimidación? Eso y el arma que ll