POV: Chelsea. Los ojos de Aleksandr Dmitriev brillan, pero sigue sin moverse. Sostengo el vaso con fuerza y siento como el vidrio se incrusta también en mi palma, haciéndome sangrar. Pero tampoco me rindo. En este punto, me importa poco el daño que pueda hacerle a mi cuerpo; más jodido de lo que está, solo muerto. No osbtante, este idiota frente a mí tiene que saber que no estoy bromeando. Me vale una mierda si soy la puta Anastasiya o la prometida del presidente, sobre mi cadáver van a hacer de mí lo que les venga en gana. Si antes pensaba que me habían manipulado toda mi vida, pues ahora me queda mucho más claro. Hicieron conmigo lo que quisieron y no necesito comprobarlo, para tener la seguridad de que se pasaron todos estos años vendiendo mi maldita identidad. O probando, tal v