POV: Demian.
La puerta encima de mí se abre e ilumina el reducido espacio. Uno de los soldados de Dmitriev, de los cercanos, me hace una señal para salir de una vez. Todo está en silencio, solo se escucha el crepitar de los últimos resquicios de fuego en el amplio almacén.
—Las autoridades están por llegar, tenemos que irnos ya —informa, con voz ronca y formal.
Me ayuda a salir del sótano y en cuanto estoy fuera, le pregunto por ella. Lo más seguro es que él no tenga respuestas, pero no pierdo nada y la desesperación en este punto se vuelve peligrosa.
—¿Chelsea?
Me da la espalda y nos dirige fuera del edificio, por lo que queda de la parte trasera y hasta una furgoneta que espera encendida a pocos metros de las ruinas.
—Dmitriev se la llevó después de la explosión.
Trago en sec
