POV: Demian. El irresistible olor de la gasolina me despierta. Es tan fuerte que mi nariz y mi boca pican con la necesidad de toser y mi pecho se siente apretado, se me dificulta respirar. Miro a mi alrededor y como puedo, me arrastro lejos, hacia el fondo del edificio que ya estaba en ruinas. A mi espalda, escucho gritos, sus gritos. Sus palabras. Unas que me desgarran el alma. Y tengo que apretar mis dientes para no devolverle el llamado, para no decirle que saldremos de esto como se lo prometí. A ella y a nuestra pequeña. Mi cabeza late en el lugar que el maldito Solovev me golpeó y el zumbido en mis oídos es constante. Pero persisto en mi intención de llegar lo más lejos que pueda, antes de que la cortina de fuego se extienda. El calor que se siente me avisa de que ya incendiaron e