¡Vaya estúpido! ¿Tan mal me veía? Él tenía la culpa por no cumplir las reglas. ¿De todas, qué rayos hacía en el cuarto de mi madre? ¡Oh, no! ¿Y si quería espiar? Tal vez esa fue la razón real para mudarse a este departamento junto a una persona que para nada le agradaba, eso lo tenía claro; ahora todas las piezas encajaban perfectamente. Pero, ¿por qué quiere saber de mi madre? Ella era una persona común y corriente.
— ¿Qué estás haciendo aquí? Llevo horas llamándote— escuché una voz femenina quejarse, agradecí que mi amiga estuviera aquí. Así no me tacharía de ser paranoica y estar suponiendo cosas.
Me gire a verla, dispuesta a acusar al tipo con ella, pero al verme soltó un gritillo. ¿Tanto miedo daba?
Sí, Rachel. ¡Mírate en un espejo, por favor!
— T-tú ¿Que-é ha-haces con e-eso?
