Venía del instituto caminando hacia mi casa. Zack se había tenido que quedar a hacer un trabajo. Connor no había ido hoy y no sé por qué, pero eso me preocupaba. Mientras iba caminando escuché gritos bastantes familiares ya. No otra vez... Empecé a caminar hacia dónde provenían los gritos, llegué a la casa de Connor y para mi suerte la puerta estaba abierta. Entré y estaba todo desordenado, las cosas en el suelo, golpes en la pared, etc. Subí las escaleras y caminé a su habitación. Entré y ahí estaba él, llorando, gritando y a punto de cortarse las muñecas. —¡No! —grité. Fui hacia él y le quité el cuchillo que tenía en las manos. Empezó a llorar más fuertemente mientras se tapaba la cara con las manos. —¡Dios, Connor!—rodeé con mis brazos su cuerpo—. ¿Por qué lo ibas a hacer? —Mi