—Tonta, Miranda, tonta —me pegué varias veces en la frente, regañándome a mí misma. Tuve la oportunidad de poder disculparme con Leonardo y volver a tener lo que teníamos antes, pero no, se me ocurrió la brillante idea de beber de más y como si fuera poco, besarme con Christopher. Definitivamente, no fue uno de mis mejores actos. Me tapé con ambas manos el rostro aguantando las ganas de pegarle a algo por la rabia que tenía dentro. El efecto del alcohol, se me había pasado con el cambio de emociones tan brusco que tuve dentro de la discoteca. Suspiré y miré para ambos lados una vez más con la esperanza de verlo, pero como estaba todo tan callado, omitiendo el hecho de que se podía escuchar la música ahogada, además de los gritos de las personas en el local, estaba todo desértico. En